domingo, 26 de septiembre de 2010

c & c


Hoy, una tarde de domingo cualquiera, no tengo ganas de hacer nada. Me siento lacia e irreal, errante en las cuatro paredes de mi habitación. ¿Qué puedo hacer? Miro por la ventana y el aire nostálgico azota mi rostro. Vuelvo a la seguridad de mi cárcel. Aún puedo olerte, aún puedo sentirte aquí... sé que volverás, todos lo hacen. Y cuando aparezcas me encontrarás sumergida en la profundidad de mi café y perdida en la nicotina, esperándote. Me has enseñado que la vida hay que mirarla de frente y a pensar siempre en positivo. Y hoy que no estás quiero intentarlo. Por eso, aunque en lo más hondo de mí piense que todo va a salir mal, quiero pensar que queda algo de esperanza. Sé que me echas de menos casi tanto o más de lo que yo te echo de menos a ti, por eso sé que volverás, porque tu corazón siempre te guía por el buen camino. Y aquí estaré con mi café y mis cigarrillos...y con ganas de ti.

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