Descuidos.

Al bajarme del avión, ya sé dónde estoy. Poner los pies en la tierra me hace ver la cruda realidad. Nadie ha venido a buscarme. Él no ha venido.

Se ha olvidado de mí, de mis ansias de quererle, de mi pelo entre sus dedos, de mis ojos sobre los suyos. Se ha olvidado de las noches que nunca acababan, de mis historias sin sentido que tanta risa le provocan, de la manera en la que andaba tan solo para provocarle. Se a olvidado de que le amo, de que se lo recuerdo a cada segundo, de que sé que le encanta que se lo susurre bajito al oído. Se ha olvidado de mí.

Al salir de la terminal todo se me queda en nada. Mi cabeza no sabe reaccionar. No tengo más remedio que sentarme a soltar algunas lágrimas. También se ha olvidado de eso. De que me prometió que nunca me haría llorar, de las veces que ha tenido que levantarme cada vez que me he caído de lleno, de que iba a asegurarse de mi bienestar eternamente, de que dijo que nunca incumplía sus promesas. Ahora veo la valía de sus palabr...

Unas manos me abrazaron por detrás con frenesí y me limpiaron algunas gotas de mi cara. Reconocí esas manos ipsofacto.

-Siento llegar tarde. *Me besó en la mejilla terminando de borrar los resquicios de mis lágrimas.*

No, no se había olvidado. No se había olvidado de que le amo y de que es el único puto motivo que tengo para vivir. No se ha olvidado de que me cuesta respirar si tengo que estar un solo minuto sin él...