Amor a uno mismo. Así se llama. Me quiero... es la primera vez que lo digo y no creo que lo diga muchas veces más.
Hoy... me miré al espejo. Me miré y entré en un nuevo mundo que jamás había visitado al mirarlo, la realidad. Cuando miro a un espejo siempre imagino que todo lo que refleja no es real, que todo es fantasía. Pero hoy todo me pareció real.
Estaba despeinada y mi maquillaje se había corrido... y aún así me veía bella. Me quedé mirando a mi reflejo a los ojos. No podía apartar la vista de mí. Sonreí y adoré mi sonrisa por un instante. Aún así no podía dejar de mirarme a los ojos. Esos ojos que tantas cosas querían decir... pero que bien se las callaba.
También vi mis emociones a flor de piel, y mis deseos en el aire suspendidos... acechándome. Vi mi vida en ese espejo. Y aunque tan solo estuviese medio minuto mirándome... se me hizo eterno. Porque no solo estuve observándome medio minuto sino toda mi vida pasando por delante de mis ojos.
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