Fíjate la importancia que te doy. La que te mereces. Cada día que transcurre, más cuenta me voy dando de que el destino elige bien sus cartas. Que todo ocurre por una razón. Si, me separó de ti. Y pensé que de alguna manera el mundo se acababa. Pero no, lo único que se acababa era la farsa que vivíamos. Me intentaste hundir, me intentaste destruir... pensaste que era lo suficientemente débil como para correr a tus brazos de nuevo y vivir infelices eternamente. Pero no. La realidad a veces explota en la cara. Y ahora es cuando te toca sufrir, porque lo mereces. Porque has perdido lo que dijiste que siempre ibas a cuidar. Porque has roto todas las promesas que me hiciste. El karma te dará de lleno. Ya no es necesario que yo haga nada, la vida pone a cada cual en su sitio. Tan solo quería recordarte que pasaste de ser todo a ser nada. Y siendo nada te quedarás. Por capullo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario